La experimentación con ingredientes locales, como el aceite de oliva o el queso manchego, ha llevado a la creación de sabores únicos que combinan tradición e innovación.
Ya sea en un cono crujiente o en una copa decorada con toppings irresistibles, el helado sigue siendo una delicia que une generaciones y culturas en España.
Además, las regiones de España aportan su toque único a la industria del helado.
En Cataluña, los helados con base de crema catalana y avellanas tostadas son muy populares. En Andalucía, la influencia morisca se refleja en sabores con almendra, miel y especias.